
Es toda esa complejidad acelerada que intuimos a nuestro alrededor, de la que dependemos para integrarnos socialmente, que sentimos como algo inevitable, ajeno en el fondo a nuestras opiniones o decisiones más íntimas y personales.
Esa red de tecnologías, inteligencias artificiales, redes sociales, fuentes informativas, ideologías, legalidades, memorias, culturas, voluntades…
Independientemente de la lógica constructiva de esta Gran Maraña, se nos antoja como la nueva realidad desplegada exponencialmente con el avance digital, que poco a poco se integra en nuestro día a día, consumiendo nuestro tiempo y voluntad, hasta que finalmente, formamos parte de ella, de su propio mecanismo, y de su propio futuro.
Observando su complejidad, intuimos que sólo inteligencias artificiales de nueva generación con acceso a ingentes volúmenes de datos del comportamiento social, podrán analizar, predecir y comprender su mecánica, y así diseñar estrategias en ella que puedan afectar su deriva global.
Pero estas inteligencias artificiales no forman parte del potencial ni de la semántica del individuo común, por tanto, de la sociedad en su conjunto.
Así, nace esta misión.
Para aquellos que sentimos la necesidad de defender la supremacía del libre albedrío humano frente al avance exponencial de la complejidad, para aquellos que no renunciamos a la esperanza individual de decidir nuestro futuro, para aquellos que no aceptamos que nuestras convicciones y visiones más meditadas y profundas, se diluyan en una necesidad de adaptación… para todos nosotros… actuar en favor de todo ello de forma eficiente y en tiempo, se convierte en una necesidad personal, y la falta de herramientas viables para nuestra reivindicación… es inaceptable, y a su vez, un compromiso de trabajo.
Pero más allá del espacio de opiniones, la necesaria efectividad de dicha misión nos exige un enfoque realista, científico, tecnológico y estratégico, desde la humildad, pero también desde la dignidad, valentía e inteligencia colectivas de nuestra condición humana.
Así, lejos como estamos (no como sociedad tecnológica, sino como individuos), de estas inteligencias artificiales que permitirán entender lo complejo… ¿qué nos queda? ¿Qué hemos tenido siempre a nuestro lado para ver más allá? ¿Cuál ha sido siempre la inevitable palanca para el progreso científico acelerado, desde mucho antes de esta era digital?
La intuición humana, previamente informada.
Principal fuente de las hipótesis científicas, que acorta de forma “ilógica”, la distancia a la verdad subyacente en la complejidad de los hechos naturales y los objetos matemáticos.
Para ello, tenemos el propio ejemplo del avance científico. Si bien no todas las hipótesis proceden de visiones intuitivas al observar la complejidad, también es cierto que muchas de ellas, de trascendente importancia en los logros humanos, si lo han hecho. Así, la intuición es un recurso lícito, aceptado en general por la ciencia como herramienta práctica, siempre y cuando esté acompañada de conocimiento previo, y de logros evidentes.
Con la dignidad de construir como sociedad de individuos, un futuro más abierto y humano, frente a la acelerada complejidad de la Gran Maraña, y humildemente apoyados en los mejores recursos de nuestra condición como especie, con esta capacidad que todos llevamos dentro, transformada ahora en herramienta necesaria para la apertura del futuro, abordamos nuestra aventura reivindicativa.
Dado que, como es evidente, la intuición como herramienta de entendimiento y previsión de un comportamiento complejo, no puede considerarse infalible de facto, su uso debe quedar reglado y auditado para garantizar su viabilidad práctica.
En el contexto de este Manifiesto, entenderemos la intuición como un recurso humano que ha de estar sometido a las exigencias del previo conocimiento suficiente del espacio de observación, y del método científico, recurso cuyos logros han de ser continuamente evaluados a través de métricas estadísticas formalmente diseñadas.
Sin embargo, dada la urgencia de nuestra misión como veremos, este Manifiesto admite la paralelización auditada y controlada del desarrollo causal de hipótesis “plausibles”, en simultaneidad a su comprobación y competencia.
Así, una hipótesis intuitivamente plausible a criterio de los científicos de esta misión, podrá tener un despliegue causal teórico previo a la necesaria demostración de veracidad o falsedad factual, siempre que el mismo esté limitado en su tiempo, complejidad y recursos usados, lo que se realizará mediante el establecimiento de “puntos de control” y auditoría periódica adecuada.
Establecer hipótesis y abordar su despliegue causal controlado, requiere acompañar a nuestro espacio de observación y de análisis, de una profunda meditación sobre los fenómenos de la Gran Maraña. Muy especialmente, aquellos que implican una necesidad de adaptación social para su desarrollo o subsistencia, y que, al mismo tiempo, se traducen en una deriva hacia futuros concretos frente otros muchos posibles en el imaginario de la sociedad de individuos.
Asimismo, debemos alimentar nuestro espacio de alternativas de futuro, a través del profundo conocimiento de los anhelos de dicha sociedad, más allá de la rivalidad entre éstos, o de cualquier condicionamiento impuesto por la Gran Maraña.
Así, abordaremos inicialmente en este Manifiesto, una primera aproximación a dichas observaciones prioritarias, a través de los conceptos “binomios de sesgo”, como elementos prioritarios de observación en la Gran Maraña, y “grafo de opinión libre”, como constructor del espacio de alternativas de futuro reclamado libremente por la sociedad de individuos, sin perjuicio de una futura ampliación y refinado de estos espacios de observación a requerimiento del objetivo.
En paralelo a las observaciones, debemos esforzar nuestra intuición, para establecer hipótesis plausibles de trabajo, y con ellas elaborar herramientas y puntos de control, que nos permitan en su acción global, afectar la deriva “excluyente” de la Gran Maraña, flexibilizando su comportamiento en favor de una creciente capacidad de desarrollo de otros futuros posibles.
Algo que inicialmente haremos a través de la inserción inteligente del “grafo de opinión libre” (ver más adelante), en el espacio digital de la Gran Maraña, de tal forma que evolucione en ella como elemento vertebrador de los espacios sociales digitales existentes y venideros. Una reivindicación de toda la sociedad al espacio digital y a la complejidad, en favor de la libertad de los futuros. Todo ello a través de una nueva ingeniería.
Abordemos entonces la primera versión de estos objetivos de observación y de una estrategia de intervención en la Gran Maraña.

